Aunque es común que muchos hombres pierdan el cabello mientras envejecen, muchas mujeres también sufrirán pérdida de cabello durante su vida.
La pérdida del cabello (formalmente conocida como ‘alopecia’) normalmente es de una de las siguientes dos categorías- alopecia cicatrizal o no cicatrizal. La alopecia cicatrizal recibe ese nombre porque se crea cuando la inflamación dentro y alrededor del cabello ocasiona que el folículo se cubra con una costra. Algunos ejemplos de éste tipo de alopecia son: la que se ve en el lupus discoide, así como también, en una condición que se llama liquen plano. La mala noticia con la alopecia cicatrizal es que la cicatriz puede destruir el folículo permanentemente y evitar el nuevo crecimiento del cabello afectado. Afortunadamente, la alopecia cicatrizal es menos común. Cuando ocurren cicatrización posterior y pérdida de cabello adicional, con frecuencia pueden limitarse si se diagnostican adecuadamente y se da un tratamiento temprano.
Existen varios tipos de alopecia no cicatrizal. Como el nombre lo implica, no están asociadas a cicatrización y por lo tanto no destruyen el folículo piloso permanentemente. En otras palabras, el cabello físicamente es capaz de volver a crecer. Los dos ejemplos más comunes de alopecia no cicatrizal son la alopecia androgenética y el efluvio telógeno.
La alopecia androgenética resulta cuando las hormonas de un individuo (andrógenos) hacen, genéticamente que los folículos sensibles se encojan y eventualmente suelten su cabello. Esta es esencialmente la perdida de cabello que los hombres experimentan con frecuencia. Aunque esta pérdida de cabello es menos marcada en las mujeres, tiende a ser más difusa. Usualmente se presenta como un adelgazamiento pequeño o moderado a través de todo el cuero cabelludo. En contraste con el que ocurre en los hombres, rara vez hace que la línea frontal retroceda en las mujeres.
El efluvio telógeno es otra causa común de pérdida de cabello en las mujeres y su causa subyacente es muy diferente En el efluvio telógeno, el crecimiento del cabello se detiene cuando nuestro cuerpo siente que está experimentando mucho estrés. Esto puede tomar la forma de estrés psicológico importante (como un trabajo nuevo o una muerte en la familia) o aún estrés fisiológico (como un embarazo o una cirugía mayor). Recuerden que nuestro cuerpo siente el estrés como una amenaza para nuestra supervivencia. En el efluvio telógeno la producción de pelo se detiene porque el cuerpo siente que los recursos usualmente dedicados a que crezca el pelo nuevamente son mejor utilizados en otro lado. Usualmente solo el 10-15% del cabello está en la fase latente de ‘telógeno’ durante el ciclo de crecimiento, pero cuando hay estrés importante, hasta el 70% del cabello puede entrar en fase latente. Los cabellos afectados se perderán gradualmente en los próximos meses.
Cuando los dermatólogos evalúan está perdida de cabello en las mujeres, la primera prioridad es descartar que sea una alopecia cicatrizal, Esto con frecuencia puede hacerse solo con el examen visual, aunque algunas veces es necesario hacer una biopsia. Una vez que se está seguro que el paciente tiene una variedad no cicatrizal, el siguiente reto es determinar que diagnóstico adicional o pasos de tratamiento son necesarios. La respuesta depende del diagnóstico que se haya sospechado.
Para algunos pacientes con pérdida de cabello general, no específica, es tan simple como corregir una anemia subyacente o incluso una disfunción tiroidea. Podría ser que se ordenen exámenes de sangre que pueden mostrar estas deficiencias y una vez corregidas, la pérdida de cabello debe detenerse.
Cuando se sospecha alopecia androgenética, la pregunta primaria es si la perdida de pelo es por un exceso de producción hormonal o si se debe solo a una predisposición genética. Los signos de que una mujer puede estar produciendo hormonal en exceso incluirían ciclos menstruales irregulares o crecimiento excesivo de vello en cara, tórax y brazos.
Por otro lado, si la paciente nos refiere que otras mujeres en la familia han sufrido pérdidas de cabello parecidas, debe echarse la culpa solo a la genética. Es importante tener en mente que esas predisposiciones pueden aparentemente ‘saltarse’ generaciones. Así que aunque otras mujeres relacionadas no hayan perdido el cabello, puede seguir siendo un problema genético.
El tratamiento de la alopecia androgenética en mujeres es difícil. A veces pueden usarse pastillas bloqueadoras de las hormonas, pero su efecto no es tan consistente como el visto en los hombres. El Minoxidil (nombre comercial Rogaineâ) es un medicamento líquido que puede aplicarse diariamente sobre el cuero cabelludo. Es bastante efectivo si se usa consistentemente, aunque los usuarios tienen que esperar por lo menos 4-6 meses antes de que se vean los resultados.
El diagnóstico del efluvio telógeno es que usualmente se resuelve por sí mismo una vez que pasa el periodo de estrés. De hecho para muchos pacientes con efluvio telógeno, aparece un súbito crecimiento de pelo perdido causado por los nuevos cabellos que ‘empujan hacia afuera’ los cabellos viejos latentes.
Rara vez, algunos pacientes pueden tener una forma crónica de efluvio telógeno – especialmente si hay estrés u otros problemas de salud. Para estos pacientes, los medicamentos para bloquear hormonas no van a funcionar ya que las hormonas no son la causa subyacente del problema. Aquellos afectados por efluvio telógeno crónico deben hablar con su dermatólogo sobre las opciones de tratamiento disponibles.